El fabricante de componentes de aviación Rock-well Collins acepta finalmente ponerse en manos del gigante de la defensa United Technologies, en la que es considerada la mayor adquisición hasta la fecha en la industria aeroespacial.
La operación está valorada en 30.000 millones de dólares (alrededor de 25.218 millones de euros), cuando se incluye la deuda. Rock-well viene de completar la integración de B/E Aerospace.
United Technologies comenzó la puja por Rockwell Collins hace justo un mes, pero se hizo todavía más evidente ya la semana pasada.
En concreto paga el equivalente a 140 dólares por cada acción, de los que 93,33 dólares se desembolsan en efectivo y los 46,67 dólares restantes, a través de un intercambio de acciones.
El precio final representa una prima del 18 por ciento cuando se compara con el valor previo a la remontada.
Las dos compañías esperan que la integración esté completada para el tercer trimestre del 2018, tras ser aprobada por los accionistas y por los reguladores de la competencia.
Los ingresos combinados se estiman en unos 68.000 millones de dólares para el ejercicio 2017, según las estimaciones realizadas en sus últimos resultados.
El plan de United Technologies es crear una nueva filial que se llamará Collins Aerospace Systems. Se espera que la integración genere ahorros anuales del orden de los 500 millones de dólares gracias a las sinergias.
Rockwell viene de adquirir B/E Aerospace, por la que pagó 8.300 millones de dólares para reforzar su posición en el mercado de componentes y sistemas para el interior de las cabinas, tanto en aviones comerciales como privados y militares.
United Technologies controla, por su parte, al fabricante de motores Pratt & Whitney. Si su capitalización se combina con la de Rockwell Collins, el valor conjunto de las dos compañías asciende a 115.000 millones de dólares, superior al de Airbus y la de Lock-heed Martin.
Esta unión de fuerzas les permitirá ser más competitiva a la hora de ofrecer sus sistemas y componentes a los fabricante, con las aerolíneas presionando para tener aviones más baratos y eficientes.
Boeing, que tiene actualmente a United Technologies como su segundo mayor suministrador, considera, por el contrario, que la fusión juega en su contra, y por este motivo advierte de que tiene intención de acudir a los reguladores de la competencia para ‘proteger’ sus intereses.
No precisa, en cualquier caso, si va a solicitar un bloqueo de la adquisición.
*Con información de El Tiempo