Las instalaciones de 250 mil metros cuadrados, que demandaron dos años de obras y una inversión de 50 millones de dólares, disponen de capacidad para revisión de unos 700 motores fabricados por GE al año, incluyendo los GEnx que impulsan a los Boeing 787 Dreamliner. La mano de obra que se allí emplea supera las 700 personas.
El objetivo con esta apertura es el de la reducción de costos logísticos y de tiempos de traslados para clientes principalmente latinoamericanos, que se traduce en un ahorro de alrededor de 100.000 dólares por unidad en revisiones y pruebas, si estos tuvieran que hacerse en los Estados Unidos.
La planta es responsable además, por ejemplo, del montaje y certificación de los motores CF 34-10A exportados al bimotor chino Comac ARJ-21.
Al respecto, el presidente de GE Celma, Julio Talon, dijo cuanto sigue: «Creamos y equipamos esta planta con lo más moderno de la ingeniería mundial. Se instalaron softwares de control que permiten mayores velocidades de procesamiento de datos, diagnóstico automático de fallas presentadas durante las pruebas y resultados en tiempo real, lo que traerá aún mayor rapidez y robustez al proceso.»
Un motor es inspeccionado en tres etapas (preparación, pruebas y desmontaje) que demoran aproximadamente unas 120 horas, mientras que una revisión total requiere más o menos 1.500 horas hombre.
El centro se prepara para próximamente probar además los motores LEAP-1A, usados por la flota Airbus A320neo de Avianca, Avianca Brasil, Azul y Sky, en Colombia, la misma Brasil y Chile, respectivamente. Posteriormente, se probarán también los LEAP-1B que impulsan los 737 MAX de Boeing.